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DE BUENA FE

DE BUENA FE Haber asistido al concierto de Buena Fe es haber compartido el privilegio de quienes construyen los sueños desde el propio respeto a los diversos caminos de la vida y el derecho de los individuos a ser diferentes y auténticos, sin renunciar al empeño de una vida más plena y un justo espacio en la sociedad que les tocó vivir.

Miguel Gerardo Valdés Pérez * La Habana

Como tributo a la vida y la esperanza puede definirse el concierto que ofreció Buena Fe el día 28 de diciembre en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba.

El dúo, fundado en Guantánamo en 1999, está integrado por Israel Rojas —director y voz— y Yoel Martínez —guitarra acompañante y también voz.

Sus discos Déjame entrar y Arsenal han obtenido, respectivamente, los premios Cubadisco 2001 y 2003 en la categoría Pop. Las letras de las canciones que lo conforman, evidencian en primer plano, lo autóctono, lo humano y sentimental, desde una perspectiva desenfadada, desinhibida y contemporánea, que las hacen al mismo tiempo, trascendentes y universales.

Toda esa mezcla, excelentemente trasmitida, permitió un espectáculo más allá de rebuscadas proposiciones dramatúrgicas o escenográficas, donde se impuso la sencillez y la excelencia, a partir de la calidad de las interpretaciones y el indiscutible carisma de sus creadores.

En un teatro repleto, con el público de una platea abarrotada y totalmente de pie, los presentes se anticiparon a los preludios de cada entrega, con cerrados aplausos y letras de antemano aprendidas por varios grupos generacionales sin distinción de etapas temporales. Más de una pareja de mediana edad, tomados de la mano como adolescentes, intercambió, al calor de toda la energía generada en sala teatral, evidentes muestras de rejuvenecidas emociones.

Canciones como «Arsenal» —que da nombre a su segunda producción discográfica—, o «Soñar en azul», fueron ofertas largamente ovacionadas. En ellas está presente la temática social, deportiva, ecológica, amorosa, siempre desde lo nacional y popular, en justa medida, sin asomo de vulgaridades ni chabacanerías, rasgo que, sin dudas, las distinguen y hacen peculiares.

Navegar a la deriva, propuesta que será incluida en el próximo disco, es un llamado a la reflexión para aquellos que de alguna manera han torcido sus rumbos hacia el nefasto camino de las adicciones, arista que se asume con la misma delicadeza de otros temas reflejados, entre ellos, el de los seropositivos al VIH.

El diseño de luces fue la contrapartida ideal para resaltar la escenografía y apoyar la efectividad climática, especialmente, en la presentación de cada uno de los músicos del grupo acompañante, con singulares momentos de impacto visual en el turno correspondiente al baterista y en la apoteosis del cierre con la canción «Fin de Fiesta».

Haber asistido al concierto de Buena Fe es haber compartido el privilegio de quienes construyen los sueños desde el propio respeto a los diversos caminos de la vida y el derecho de los individuos a ser diferentes y auténticos, sin renunciar al empeño de una vida más plena y un justo espacio en la sociedad que les tocó vivir.

* Editor Jefe de la revista Universidad de La Habana y Profesor Asistente Adjunto de la Facultad de Comunicación Social.

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